domingo, 12 de junio de 2011

Taza de cafe

Otro día en el trabajo, levantarme a las seis treinta de la mañana, todas las mañanas por el resto de mi vida pensé, entraba hasta las ocho pero tenia que arreglarme ya que a la Juez no le agrada que sus empleadas no parezcan modelos o algo similar. Llego al trabajo primero que nadie, saco las copias de los actuarios, es decir la copia del ultimo acuerdo, ordeno los expedientes de devolución y de los cajones, los anoto en las listas, empiezan a llegar poco a poco los demás, nos saludamos por mera cortesía "Buenos días" es la palabra más conveniente y ya si hay en caso de haber un poco más de confianza a esos "Buenos días" le agregas el nombre de la persona o le dices Licenciado o cualquier otra cosa.

Llevaba ya algún tiempo trabajando y honestamente ya me había adaptado a la rutina de todo lo que tenia que hacer, el estrés, la presión y demás cosas que se dan en los juzgados. No negare que estaba un poco harta pero no planeaba rendirme, era un buen sueldo, el mejor decían los que sabían.

Fue un día ligeramente más estresante que los otros por que se acercaba la revisión o visita como le llaman, entonces te exigen el triple y en la mitad de tiempo, pero a mi parecer lo estaba sobrellevando muy bien.

Ya era medio día, usualmente me da el bajón a esta hora, todavía no me daba pero decidí aprovechar el hecho de que estaba un poco despejada de trabajo para ir a la cocineta (?) o cafetería o como gusten llamarle a un cuarto en el cual hay un refrigerador, un microondas, una cafetera y toda esa clase de cosas que se encuentran en una cocina. Entonces estaba ahí haciendo café con la mejor intención de que este si supiera bien, ya que es muy difícil con el café de oficina, jamás entenderé el por que... termine el café olía delicioso, sentí fervientemente que era el mejor café que nunca jamás había preparado, estaba saboreando el instante en el cual pudiese probarlo, me serví el café en mi taza y justo cuando estaba a punto de saborearlo por primera ves, alguien abre abruptamente la puerta provocando que mi taza se cayera al piso, por suerte hay más café en la cafetera pensé (Si... eso fue lo que pensé) el licenciado se disculpo conmigo y me ofreció amablemente su taza, lo chistoso de ese día que había sido pésimo es que lo único triunfante de mi día había sido interrumpido y que pensaba que seguro alguien ya había notado mi ausencia y que se preguntarían donde estoy.

Tome rápidamente el café, enjuague rápidamente la taza y corrí a seguir trabajando y por su puesto que mi paranoia había sido en vano, nadie se había percatado aún, de mi ausencia, suerte para mí, pensé, pasaron una serie de sucesos cada uno más insignificante que el anterior y no recordaba si sí había enjuagado la taza entonces regrese a la cocineta y la vi, lavada pero note algo que no había notado antes que tenia escrito abajo "Do what you like, Like what you do".

Eso me puso a pensar mucho... Casi decido dejarlo todo e irme con mi coche a la capital, el sueño de todo pueblerino, Casi decido inscribirme en alguna Academia de Actuación o ir a darme de baja de Derecho o nose... mil cosas, pero al final del día solo me arme de valor para renunciar.

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